Hablemos de gestión del riesgo. Pero no solo desde un punto de vista de cumplimiento, más operativo, donde se pone énfasis en la gestión del fraude, o de cumplimiento de procesos y sistemas que afecten a la política de compras. Hablamos de incidir en el mapa de riesgos estratégicos. Donde la gestión de compras trasciende de la selección previa y homologación clásica de proveedores a una gestión del riesgo más estratégica.
https://unctad.org/news/how-blockchain-can-power-sustainable-development
Riesgos, más del entorno y de viabilidad económica, como pueden ser; financieros, fiscales, legales o de inseguridad e inestabilidad regulatoria, jurídica y política, o las posibles deficiencias en el sistema e infraestructura donde se pretende operar, además de pérdidas por fenómenos de la naturaleza u otros casos, y de perdidas por actos malintencionados de terceros, pueden deteriorar la reputación y poner en riesgo la supervivencia de la empresa por actos no suficientemente controlados en la contratación de proveedores.
¿Pero qué entendemos por riesgos estratégicos? Son aquellos riesgos que afecten al incumplimiento dentro del marco de actuación de proveedores críticos y aliados, pero también al comportamiento de las variables del modelo de negocio y desarrollo sostenible, cometeremos un grave error si únicamente nos quedamos en la primera etapa de homologación de proveedores y no hacemos un seguimiento de los contratos y la evaluación de todos los socios en relación con su impacto en el mapa de riesgos y de desarrollo sostenible, desde un punto de vista de responsabilidad social empresarial.
Llevamos años hablando y apostando por qué las marcas deben tener un rol con la sociedad y los entornos con los que se relacionan. Sabemos, además, que no es una simple cuestión de altruismo, sino que cada vez más se demuestra que tiene una correlación con los resultados de negocio. Sin embargo, hay una fina barrera entre utilizar el propósito de marca como una simple estrategia oportunista de comunicación y que realmente el propósito de la compañía alinee su negocio y el impacto que tiene en el mundo. Con un consumidor cada vez más consciente y concienciado, veremos una ola de reacción con las campañas oportunistas, a la vez que premiaremos a las compañías que realmente se comprometen y se alinean para liderar la lucha en las causas que nos importan. Los plásticos de un solo uso, la movilidad del futuro, la redefinición de los roles de género, el acoso y la violencia o la transformación de la educación son solo algunos de los ejemplos de causas donde las marcas tienen el potencial de convertirse en una fuerza para el cambio.
Son muchos y diversos los casos en los que una mala gestión de riesgos desata problemas en grandes corporaciones. Uno de los casos que me gusta contar es el de las patatas fritas de McDonald´s. Un pilar fundamental de su éxito radica en la relación con sus proveedores de empresas multinacionales, ya que no produce ninguno de sus productos. McDonald’s exige grandes requisitos de calidad y seguridad. Sin embargo, en 2015 una inesperada situación en el suministro de su principal proveedor de patatas congeladas -McCain- por una huelga portuaria en USA lleva a que McDonald´s a que tenga que racionar la venta de uno de sus productos estrella en Asia, segundo mercado mundial de la marca. Mercado Asiático, el cual venía en 2014 de sufrir una situación de crisis por la falsificación de fechas de caducidad de su principal proveedor de carne, que impactó un 3,7% en sus ventas a nivel global. Este año 2018, sin ir más lejos, tuvimos ocasión de leer en los diarios de todo el mundo, como la cadena de restaurantes (KFC) tenía que cerrar más de 400 establecimientos en Reino Unido por falta de pollo. Un cambio de operador logístico y la falta de auditoría en el proceso de homologación fue la causante de que la terminal de este proveedor fuera cerrada por no tener el registro necesario para la actividad, exigido por el ayuntamiento. Otro caso muy significativo fue la denuncia por parte de Greenpeace, mediante la difusión de un video, del uso de aceite de palma de los bosques de Indonesia en la producción de barritas de Kit Kat. Hábitat del orangután en peligro de extinción en este país. Las guerras entre marcas que tienen como consecuencia retiradas de producto son otro de estos casos. Quizás, el más destacado, fue la famosa explosión de varios modelos de phablet fabricadas por Samsung. Las prisas en la competencia con el Iphone 7 provocaron estas retiradas. Un caso impactante también, fue el de los trágicos fallecimientos por las cómodas de Ikea. Son muchos más los casos que podría relatar, incluso casos en los que el cliente tiene que transfundir dinero al proveedor para no ver paralizada su actividad, lo cual evidencia que ninguna marca, por poderosa que sea, está exenta de gestionar su riesgo.
Es cierto que, en muchos casos, las crisis provienen de las acciones de terceros, como proveedores y socios de alianzas estratégicas, pero estos agentes, a veces, son parte de la solución y juegan un importante papel en la gestión de la crisis. Es aquí donde compras juega un papel relevante en la construcción de estrategias que permitan abordar y prevenir ágilmente potenciales crisis, las cuales no son inevitables, pero si eludibles. Y ahora no hablamos solo de una falta en el suministro. Una correcta gestión de riesgos en el desempeño del proveedor, y no solo en el primer paso de homologación, puede ayudar a las organizaciones a evitar daños mayores, en ocasiones irreparables, y que afectan directamente a la economía, a los empleados, a la marca y a la reputación. No olvidemos que, junto con las cuentas anuales y el informe de gestión a presentar cada año en el registro mercantil, es necesario presentar informe de estado no financiero, relativo a cuestiones medioambientales, sociales y de personal, derechos humanos, corrupción y soborno, y aspectos sociales/societarios. Es aquí cuando cobra especial relevancia la matriz de materialidad.
Es en este escenario, donde compras asume su propósito de una manera líquida, más que en ningún otro. La sostenibilidad es la gran tendencia en compras, algo que sin duda muy pronto se convertirá en un fin. Contribuir a la coherencia y consistencia dentro del plan de responsabilidad social corporativa es un valor diferencial. Fomentar la diversidad es solo el primer paso, la inclusión y colaboración de cumplimiento de medidas alternativas es el reto para compras. En este sentido fomentar la colaboración con proveedores que contribuyan a objetivos de economía inclusiva se convierte en una aspiración, de igual manera que, impulsar la adopción de tecnologías como el blockchain, no desde una visión transaccional y de procesos, sino con una visión más ambiciosa de aseguramiento del riesgo reputacional, también es parte de tus obligaciones. Compañías como Carrefour en la industria alimentaria, o Levi´s están adoptando en fase piloto aplicaciones de tecnología blockchain ante problemas de transparencia y confianza en sus sectores con éxito. Levi’s asegura las condiciones laborales y de bienestar de sus trabajadores en las fábricas de México. El sistema es auditado de manera externa, anónima y segura. Carrefour lanza el primer blockchain alimentario en España en el pollo campero de su marca, en colaboración con Coren. Con esta iniciativa consigue una información transparente y de garantía en la seguridad alimentaria, desde el nacimiento del pollo, hasta la llegada del producto envasado a sus almacenes. Otro de los cambios de paradigma a valorar, es el de las certificaciones en el proceso de homologación. Ya no vale solo con ISOS, OSHAS, etc. Sabemos que también es necesario proveer de etiquetado específico y garantizar los principios activos de un medicamento, por ejemplo. Pero, también es ya presente, pedir certificaciones de “trustable technologies” cuando estamos valorando contratar productos y servicios IOT-internet de las cosas-, para garantizar la seguridad y privacidad, especialmente por la captación de audio, de igual manera que auditamos el etiquetado de productos alimentarios o farmacéuticos, dando un paso más allá de los códigos éticos de firma necesaria por los proveedores, o evaluaciones de desarrollo sostenible y auditorías SMETA (Sedex Members Ethical Trade Audit) que contribuya a garantizar que se cumple con el pacto de naciones unidas en la cadena de suministro. Además, hoy, cobrá especial relevancia la inversión socialmente responsable, amparada por los principios por una inversión responsable en activos (PRI, por sus siglas en inglés) de naciones unidas.
Ahora, imagínate por un momento ante tu CEO, el cual te pregunta sobre tu visión del área. ¿Le dirías que una parte importante de tu misión corresponde a asegurar la coherencia y consistencia de su marca, evitando crisis reputacionales, además de contribuir a la sostenibilidad y la economía social?
“La implicación y contribución de compras con agentes externos, como fundaciones y asociaciones, y la contribución al plan de desarrollo sostenible, y responsabilidad social empresarial, son valores añadidos, ineludibles”
Eduardo Ranz